El atractivo turístico del conjunto histórico de Montañana se refuerza con el de las vecinas localidades de Arén, hacia el norte, y Benabarre, en dirección opuesta. Los dos conservan también testimonios de la Edad Media y suman reclamos tan singulares como huellas de dinosaurios,
Por otra parte, en el núcleo de Puente de Montañana, que concentra actualmente la población junto al río Noguera Ribagorzana y donde se accede a través de un puente colgante, se pueden ver también interesantes muestras de arquitectura tradicional pirenaica y la portada plateresca de su iglesia.
Su casco urbano goza de la declaración de Conjunto Histórico Artístico, reconociendo cómo se ha conservado en su urbanismo medieval se han ido integrando los edificios de los siglos posteriores. Los edificios más notables son los restos del castillo; la iglesia de San Martín, la capilla de San Gregorio y Santa Bárbara y la plaza porticada.
Sin embargo, Arén es conocido especialmente como el «pueblo de los dinosaurios», por la cantidad y calidad de sus yacimientos paleontológicos, datados hace 65 millones de años, cerca ya de su desaparición, y que han permitido identificar una nueva especie, llamada en honor de la localidad arenysaurio.
El Museo de los Dinosaurios de Arén, en el antiguo ayuntamiento, exhibe fósiles hallados en las excavaciones y explica sus descubrimientos a través de dioramas, objetos y audiovisuales. Su visita se completa con la de los yacimientos: muy próximo se ubica un yacimiento de icnitas (huellas) adecuado con una plataforma de visualización y una ruta senderista lleva hasta el yacimiento de Blasi, donde se han instalado réplicas de los huesos extraídos.
Además, en la antigua casa del Gobernador, el Centro de Interpretación de La Ribagorza explica la riqueza y diversidad geológica y natural de la comarca.
En la plaza Mayor, con sus porches y su barbacana, se encuentra el ayuntamiento y las primeras de una larga serie de casonas palaciegas que continúan a lo largo de todo el casco antiguo, como la casa Cambra, la casa Messoné, el hospital de Santa Elena, el convento de las Madres Dominicas y el de los agustinos descalzos. Calles y plazas, porches, portadas y pasadizos completan un conjunto urbano que testimonia el pasado medieval y la importancia histórica de la villa.
Corona la localidad el castillo-palaciego de los condes de Ribagorza, que conserva elementos que van desde el siglo XI al XIX. Así se puede contemplar desde los restos de un torreón musulmán hasta un fuerte fusilero, pasando por una iglesia gótica y la cisterna que almacenaba el agua.
La iglesia neoclásica de Nuestra Señora de Valdeflores y San Miguel Arcángel se completa con un museo parroquial. El retablo gótico de Santa Elena, la talla románica de la Virgen de Linares o la rica colección de orfebrería son algunas de las piezas destacadas de esta exposición.
Además de la ruta por sus monumentos, la oficina de turismo de Benabarre ofrece distintas rutas para conocer los distintos aspectos de la villa. Así, se puede visitar un pozo de hielo, un molino de aceite, fuentes, fábricas de quesos y chocolates artesanos…