El origen del núcleo medieval de Montañana, declarado Bien de Interés Cultural en su calidad de Conjunto Monumental desde 1984, se remonta al siglo XI con alguna noticia anterior. En este instante y en la parte superior del cerro conformado por los barrancos de San Miguel y de San Juan se levantó la fortificación que formaba parte de la línea fronteriza desplegada a lo largo del Pirineo para propiciar la reconquista. A raíz de entonces se suceden los distintos hitos históricos y constructivos de este núcleo, en especial los desplegados en dos momentos concretos: entre finales del siglo XII e inicios del XIII, y el de finales del XV e inicios del XVI. Un enclave medieval que ha perdurado sin apenas alteraciones hasta el siglo XXI, como si de un fósil de dicha época se tratara.